Un amable visitante de mi blog en miarroba me ha solicitado que le explique las razones concretas en base a las cuales, Salamanca en concreto, la ciudad, va a quedar perjudicada por el expolio de los papeles del Archivo sobre la Guerra Civil.
Le he comentado que es mejor que se lo explique Caldera, pues el ministro, debe saber mejor que nadie porque va a utilizar su propio cadáver, para impedir que la Sra. Calvo expolie el Archivo y los entregue a Maragall, previas fanfarrias de Carod.
El caso es que me gustaría explicar las razones de mi presencia en Salamanca.
Hace años que el propio PSOE, año 1995, zanjó esta polémica, decidiendo que los papeles se debían quedar en Salamanca.
Si el Gobierno actual ha aprobado el traslado de parte de los fondos documentales a Cataluña, ha sido por exigencia de ERC, vía Maragall. Carod aprovechando la debilidad de Zapatero, ha conseguido que este ceda, dado que el Presidente necesita del apoyo de ERC para gobernar.
Los nacional socialistas catalanes de ERC e incluso el PSC, argumentan que su reinvindicación se sustenta en síntesis en que todos los catalanes combatieron por la República. Al ser derrotados por Franco, este expolió los papeles de la Generalidad y de los particulares y se los llevó a Salamanca, capital de la insurrección armada.
Esto es una burda manipulación de la historia pues numerosos catalanes combatieron contra Franco, como hubo gran número de Salmantinos que lucharon por la República.
El Archivo es una institución estatal, como lo puede ser el Museo del Prado, y su patrimonio, por tanto, pertenece a todos los españoles, incluidos los ciudadanos salmantinos y catalanes.
No se puede contraponer la Generalidat al Estado español, porque precisamente la Generalitat forma parte del Estado español. Cataluña es un parte de España. Quienes exigen ese traslado están negando que Cataluña forma parte de España.
Los que desean romper el Archivo, propugnan, casualmente la ruptura del Estado. Desean romper las instituciones comunes que compartimos todos los españoles, quieren romper la igualdad que la Constitución española nos concede a todos los españoles sin tener en cuenta nuestro lugar de nacimiento.
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