miércoles, julio 27, 2005

Un mensaje de agradecimiento




En la copia de este blog en miarroba, el otro día tuve la ocurrencia, más bien, pegar y copiar , de subir un comentario de Zoe Valdes acerca del asesinato de un niño de 12 años cometido por el "excelso" Che Guevara: A los que pasean la cara de un asesino.

En ese mensaje, dos personas a las que el talante se les escapa por sus venas, me han dejado un par de comentarios, que, sinceramente agradezco.

El primer personaje me ha dejado la siguiente perla:

DEFINITIVAMENTE ERES UN CAPULLO INTEGRAL.....
COMO PUEDE DECIR ESO UNA PERSONA K SE HACE PAJAS CON LA FOTO DE AZNAR???VER PARA CREER...
pierdete, deja de escribir, y haras un favor al mundo..


Cree el ladrón que todos somos de su condición. Que le vamos a hacer.

El segundo comentario, lo ha dejado una tal ladydeneb, el cual, por su interés, reproducimos a continuanción:

para mi eres la escoria....siempre he dicho k nadie es mas k nadie...pero tu eres menos k una rata de alcantarilla,mas no demuestras...
y ahora borra mi mensaje,(es lo que sueles hacer con todos por lo que he visto)porque como no va en tu favor,lo borraras..es lo que haceis los de vuestra estirpe,tapar y borrar lo que no os gusta..
muy triste,es lo que suelen hacer los cobardes...pero bueno que tiene que haber de todo en esta vida para saber la diferencia entre lo bueno y lo malo..,y demostrado esta,la sangre no se borra tan facil...y lo sabes.(y ahora no me vengas con el cuento de siempre,que yo no estoy con nadie....solo veo las cosas desde un lado objetivo..pues Zp tampoco me va..)


Como veo que el tema tiene éxito, voy a copiar y pegar (la verdad es que hoy estoy un poco vago) un artículo de FJL, que define bastante bien al personaje:

Castro y el Che, modelos de terroristas

Es difícil saber cuántos de los nuevos terroristas etarras habrán encontrado inspiración y modelo para su conducta criminal en los dos personaje más populares y siniestros de la revolución cubana: Fidel Castro y el Che Guevara. Lo seguro es que ninguno de los dos, ni por sus discursos ni por sus actos, les convenció de que matar al prójimo es una cosa muy fea, que imponerse por la fuerza a todo un pueblo, varios millones de personas, mediante el destierro, la tortura, la cárcel y la muerte no es precisamente una epopeya, sino la síntesis de toda la abyección totalitaria del siglo XX, que tiene en el comunismo su cepa más antigua y resistente.

Comunistas los cubanos y comunistas los etarras, lo suyo es un matrimonio por amor, como el de Bonnie y Clyde, pero también por interés, como el de Stalin por el oro del Banco de España, que Castro reeditó en Cuba con el inmenso expolio de los bienes españoles. Castro y el Che, el Che y Castro son dos modelos complementarios de terrorismo marxista-leninista. El tiránico, asmático y fotogénico aventurero argentino es el banderín de enganche de todas las bandas del tiro en la nuca.

Representa la ferocidad juvenil que se revuelca en la violencia, la venganza que se permite un pelanas sobre la humanidad y la historia, con mayúsculas, a costa de las vidas minúsculas que pilla de por medio y que siega sin piedad. Jugar a morir en la ruleta rusa del terror es la forma ideal de justificar el asesinato del prójimo Al fondo de su deriva guerrillera, entre extática y frenética, se perfila borrosamente una vaga mitología a lo Acorazado Potemkim: masas corriendo enloquecidas por el terror, con los ojos desorbitados y la boca abierta, pidiendo un líder que les haga justicia a tiro limpio, matando a quien sea, pero cuantos más mejor.

El líder, el libertador bis, es, naturalmente, él, Ernesto Guevara. Como mecanismo psicológico activador del crimen, hay en el Che, como en todo terrorista, una suerte de culto sadomasoquista al posible martirio propio, desgraciadamente compensado de antemano con el seguro martirio ajeno. Jugar a morir en la ruleta rusa del terror es la forma ideal de justificar el asesinato del prójimo. En Cuba y en Bilbao.

El Che, como tanto cursi de izquierdas, tenía en la guerra civil española su motivo estético favorito. Aquella trágica y convulsa España, destrozada por el empeño de toda nuestra izquierda en fabricar un paraíso al soviético modo, era --todavía es para mucha acémila-- una mezcla de Utopía y La isla del tesoro, el Caribe de sus fantasías históricas. La madre del Che, una izquierdista enamorada de la Unión Soviética, fue quien le inculcó aquella mitomanía española, made in Komintern, con Guernica, las brigadas internacionales y la Pasionaria como estrellas fijas. Nunca fue más trucada una fotografía. La supuesta guerra antifascista de Stalin no fue sino un escarceo en sus relaciones con Hitler, culminadas en el pacto nazi-soviético. El Che firmó como ``Stalin II'' alguna pieza hedionda de su correspondencia, pero tropezó con un segundo Stalin de verdad, otro pistolero juvenil de buena familia llamado Castro, que finalmente se lo cargó mandándolo a morir a los Andes tras una temporada de muerto vivo en Cuba.

Castro ha sido y es el anfitrión de todos los terroristas de izquierda del mundo desde la Tricontinental de La Habana, ya en los sesenta. Su identificación con ETA no es de ahora y sin duda va a ir a más, a mucho más. El apoyo a la banda es un mecanismo de presión contra el gobierno español para que pague el impuesto revolucionario, que se repartirán Castro y la ETA. Hemos de ver a García Márquez tocar la txalaparta.