Quien lo diría.
El otrora digno y reconocido profesional de la radio lleva un tiempo (desde que adquirió un gran número de acciones de una cadena de radio que casi nadie escucha) tratando de callar a Jiménez Losantos, y ahora, de paso a Pedro J. Ramirez:
Estamos hablando de Jiménez y Ramírez, el de todos los diablos y el de la Piscina, que cada mañana hacen todo lo que pueden y más, para que esa España, que los obispos quieren unida, se divida aún más, para que esa España se levante crispada. A estos dos rampantes demagogos, lideres en manipulación, y promotores de la infamia, les encanta que los españoles andemos como en los aguafuertes de Goya, atizándonos porrazos unos a otros. Ambos saben que con esta estrategia de bajos instintos tienen más oyentes, y es verdad, venden más periódicos y engrosan aún más sus cuentas corrientes. Y ¿para qué jugar limpio, si se forran con la basura? ¿para qué servir a la verdad cuando pueden servir a sus propios e inconfesables intereses de una manera más rentable?.
Por todo ello, está bien la declaración episcopal sobre la unidad de España, pero obras son amores, señores obispos, obras son amores. Estimados monseñores, practiquen con el ejemplo, entren en la Cope que es su casa y saquen de allí a esa pareja de okupas que están predicando el anti-evangelio. Sería un detalle muy, pero que muy cristiano.
Al CAC con Losantos...
Abajo la prensa libre...
Quien le ha visto y quien le ve, señor Del Olmo.
Yo confieso (o pecador) que escucho todas las mañanas a Losantos.
¿Y por qué le escucho?
Porqué a Jiménez Losantos nadie le escucha pero todo el mundo habla de él...Y claro te entra la curiosidad. ¿Que dirá ese señor del que todos hablan y no escuchan?
A veces verdades como puños y otras veces comete errores tan grandes como la catedral de Burgos.
Lo importante es que no deja a nadie indiferente.
También confieso que durante un largo tiempo estuve sin escucharle. Escuchaba a Carlos Herrera, otro gran profesional.
Pero Carlos Herrera cabrea poco y además habla poco sobre las furgonetas repletas de moros con mochilas con explosivos, de los Fabia Skoda fantasmas, no se pregunta que pudo explotar en los trenes del 11M, poco sobre los peritos injustamente procesados, nada de los atascos interminables que Gallardón ha provocado en Madrid y todo lo que dice muy suavecito. Casi para no molestar.
Y no están los tiempos para molestarse poco. Al menos mientras el Impresentable siga en la Moncloa.
Enlaces:
Uno que se cabrea con Losantos
¿Y si Jiménez Losantos tuviera razón?
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